martes, 2 de noviembre de 2010

Íntimo y Personal


Tally Atwater (Michelle Pfieffer) es una ambiciosa periodista que presenta la información meteorológica. Pero tras conocer a Warren Justice (Robert Redford), un brillante y veterano presentador antiguo corresponsal de la Casa Blanca, su carrera se dispara hasta conseguir presentar ... un informativo de máxima audiencia. Al tiempo que consigue el éxito tanto tiempo deseado, Tally inicial una relación con el maduro y atractivo Warren.

El Guardian - Nicholas Sparks


Julie Barenson es, a sus veintinueve años, demasiado joven para olvidarse del amor.
Su amado esposo murió en un trágico accidente cuatro años antes, haciéndole dos regalos antes de su muerte: un cachorro llamado Singer y la promesa de cuidarla para siempre. Ella sigue recordándole, pero siente que por fin ha llegado el momento de rehacer su vida. La pregunta es, ¿con quién? Quizá con Richard Franklin, un hombre guapo y sofisticado que la trata como a una reina; o Mike Harris, el mejor amigo de su difunto marido y un hombre sensato y cabal. La toma de una decisión deparará a Julie momentos de felicidad que no había sentido en años. Pero una pesadilla asomará en su vida justo entonces: los celos la sumirán en una espiral de obsesión y muerte.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Poesía a la amistad


Amigo mío estoy aquí no importa,
que hace mucho tiempo no te viera.
Tú sigues siendo en mí aquella antorcha,
que alumbrara mi vida cuando dolor sintiera.

En aquellos difíciles momentos,
que la vida me hubo maltratado.
Siempre estuviste ahí, firme y atento,
dándome fortaleza allí a mi lado.

Tú eres ese amigo que se lleva,
en todos los momentos de la vida,
dentro del corazón de esa manera,
que aunque pasen los años no se olvida.

Hoy te vuelvo a encontrar, me necesitas,
me tienes frente a ti quiero ayudarte.
Como tú hiciste ayer, hoy acudo a la cita,
para decirte que saldrás triunfante.

Con la ayuda de Dios y con la mía,
aquí está mi hombro descansa sobre el.
Y cuéntame tus penas también tus agonías,
que entre los dos unidos ¡las vamos a vencer!.



El Portero del Prostíbulo - Jorge Bucay


No había peor oficio en el pueblo que ser portero del prostíbulo. ¿Pero qué otra cosa podría hacer aquel hombre?

De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.

Un día, se hizo cargo del prostíbulo un joven con inquietudes muy creativo y emprendedor y decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y citó al personal para dar las nuevas instrucciones. Al portero, le dijo: -A partir de hoy, usted, además de estar en la puerta, va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entran y además anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.

-Me encantaría complacerlo, señor!, pero no se leer ni escribir. -¿Cómo?... ¡cuánto lo siento, pero tendré que prescindir de sus servicios! -Pero señor, usted no me puede despedir, ¡yo trabajé en esto toda mi vida!. -Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted, le vamos a dar una indemnización hasta que encuentre otra cosa.
Lo siento y que tenga buena suerte. Sin mas, se dio vuelta y se fue. El portero sintió que el mundo se le derrumbaba. ¿Qué hacer?... y recordó que en el prostíbulo, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, el lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo, pero solo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza derruida. Entonces pensó que usaría parte del dinero de la indemnización para comprar una caja de herramientas completa.

Como en el pueblo no había ninguna ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo mas cercano a realizar la compra. Y emprendió la marcha. A su regreso, su vecino llamó a su puerta: -¡Hola!, ¿vengo a ver si tiene un martillo para prestarme?. -Si, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... ¡como me quede sin empleo!...

-Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano. -Esta bien. A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta. -Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende? -No puedo, lo necesito para trabajar y además la ferretería está a dos días de mula. -Hagamos un trato - dijo el vecino. Yo le pagaré los días de ida y vuelta mas el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?. Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días y aceptó. Volvió a montar su mula y a su regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.

-¡Hola, vecino!. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?, vengo a decirle que yo necesito unas herramientas y estoy dispuesto a pagarle sus cuatro días de viaje, mas una pequeña ganancia... es que no dispongo de tiempo para el viaje. El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue. Recordaba las palabras escuchadas: ¡¡No dispongo de cuatro días para comprar!!

Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que el viajara para traer herramientas. En el viaje siguiente, arriesgó un poco mas de dinero trayendo mas herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo en viajes. La voz empezó a correrse por el pueblo y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.

Con el tiempo alquiló un galpón para almacenar las herramientas y algunas semanas después, adaptó una vidriera y el galpón se transformó en la primera ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos, el era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha.

Un día, se le ocurrió que su amigo el tornero, podría fabricarle las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no?, las tenazas... las pinzas... los cinceles... y luego fueron los clavos y los tornillos... En diez años, aquel hombre se transformó en millonario con su trabajo como fabricante de herramientas. Un día decidió donar una escuela a su pueblo. En ella, además de leer y escribir, se enseñarían las artes y oficios mas prácticos de la época y en el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo: -Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de esta nueva escuela. -El honor sería para mi - dijo el hombre. -Nada me gustaría mas que firmar allí, pero no se leer ni escribir; soy analfabeto. -¿Usted? - dijo el Alcalde que no alcanzaba a creer. -¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? ¡¡Estoy asombrado!!... me pregunto, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir? -Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma. Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería el portero del prostíbulo...

MORALEJA: Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Las adversidades encierran bendiciones. Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar puede ser tu mejor opción, solo agrégale la frase celebre: "UNA PATADA EN EL TRASERO SIEMPRE IMPLICA UN PASO HACIA DELANTE".

El humor de Maitena


Frase


Nada sucede por casualidad, en el fondo las cosas tienen su plan secreto, aunque nosotros no lo entendamos.

Carlos Ruíz Zafón

El niño de marte


David Gordon (John Cusack), un escritor de ciencia ficción que ha enviudado recientemente, está considerando adoptar a Dennis (Bobby Coleman), un pequeño niño huérfano que dice ser de Marte. Ignorando los sabios consejos sobre la paternidad que le da su hermana Liz (Joan Cusack) y los escrúpulos de Sophie (Sophie Okonedo), la directora del hogar para niños, David decide que quiere ser el padre de este extraño personaje. Aún con el apoyo de su amiga Harlee (Amanda Peet), por quien David se siente particularmente atraído, el aspirante a padre se ve rápidamente agobiado. Para empezar, David está a punto de no poder cumplir con el próximo plazo de entrega que tiene y esto preocupa mucho a su ya nervioso agente Jeff (Oliver Platt). Y luego está el trabajador social Lefkowitz (Richard Schiff), y la junta que revisa las solicitudes que tiene serias dudas acerca de las aptitudes de David como padre. En medio de todo esto, el joven Dennis tiene una conducta bastante extraña e insiste seriamente que él proviene del planeta rojo. Una serie de situaciones inexplicables llevan a pensar a David si de verdad lo que afirma el niño es realmente una fantasía. Sin embargo, sea cual sea el origen real de este increíble pequeño, David se siente cada vez más apegado a él y experimenta el poder transformador del amor parental.